lunes, 6 de mayo de 2013

Lo especial en lo simple


Un abuelo regala un lápiz a su nieto el día de Navidad. Éste, sorprendido, le dice que no entiende por qué le regala un simple lápiz, a lo su abuelo, serenamente, responde:

- ¿Te parece ridículo mi regalo? ¿Sabes que hace de él un objeto especial? Pues verás, su ingente valor radica en las 5 cualidades que posee:

La primera de ella es que conoce el valor de tu mano, es sabedor de la importancia que supone el empujoncito que ésta le proporciona. Le da seguridad el hecho de que ella siempre esté detrás y sin la cual no podría cumplir su cometido. Mano cómplice que, de no existir, haría de él un instrumento inútil. De la misma manera que el lápiz, tú debes procurar rodearte siempre de verdaderos amigos, pues no hay valor más preciado en la vida que el tesoro de la auténtica amistad.

La segunda de sus cualidades es que el lápiz posee conciencia de que, de vez en cuando, tendrás que usar el sacapuntas. Sabe que sufrirá un poco, es verdad, pero después de ese dolor inicial, su punta será más afilada y su escritura más precisa. También tú debes tener esto muy presente: llegarán los momentos de padecimiento, sabiendo que éstos sólo sirven para ayudarte a crecer. Tras superar el dolor, serás una persona mejor.

En tercer lugar, este lápiz sabe que serán muchas las ocasiones en que se equivocará y habrá que usar la goma para borrar los errores cometidos. Igualmente, tú te equivocarás. Forma parte de la condición humana. El arte más difícil no es el de no caerse nunca, sino el de levantarse y continuar el camino comprendido. Es conveniente, permitir a un niño que rompa, alguna vez un plato, y mostrarle luego el modo en que debe recoger los pedazos. Porque es mejor un plato destrozado que un niño destruido. No vale la pena llorar por un plato roto. Se compra otro y ya está. Lo terriblemente grave es, cuando por un afán de perfección imposible, se rompe un corazón. De esto no hay repuestos en el mercado.

La cuarta de las cualidades es que, aunque parezca asombroso, lo mejor de este lápiz no es que sea esbelto, estilizado y colorido, lo más interesante de él está dentro. Lo auténticamente valioso es la mina que contiene en su interior, pues ésta es lo que lo hace tremendamente útil. Hijo mío, yo no te quiero por tus ojos negros o tu cabello encrespado, eso es solo el recipiente que te contiene. Te quiero por tu alma y es en ella donde debes poner la máxima atención. Aliméntala con buenos actos y doblégala para la humildad. Entonces y solo entonces, habrás logrado ser un hombre hermoso.

Finalmente, la quinta de las cualidades, que este lápiz posee, es que conoce el valor que tiene su trazo. Así, no debes descuidar el surco dejado tras de ti por tus pisadas. Tus huellas conducirán por un camino que definirá tu trayectoria y, recuérdalo, hazlo siempre con dignidad pero, sobre todo, sé fiel a ti mismo.

Fragmento "De la costurera y otros relatos" de Mari Carmen Navarro Ruíz

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