miércoles, 19 de enero de 2011

La mentira de la verdad


Un joven, noble e idealista, escuchó decir un día que la verdad era una doncella, hermosa y deseable. Tan deseable que el hombre que tuviera la fortuna de encontrarla quedaría prendado y satisfecho para siempre. Desde ese momento, el joven sintió que su corazón se llenaba de deseo por la bella desconocida, y juró consagrar su vida a encontrarla.
Primero la buscó en los libros de sabiduría y de filosofía, pero descubrió incesantemente nuevos libros que desmentían, con pruebas de apoyo, las verdades publicadas anteriormente.
Y la buscó en las religiones, puesto que cada religión pretendía poseer la verdad última; pero esta verdad se encontraba fuertemente refutada por las otras religiones.
Y la buscó en el vasto mundo. Cada vez que llegaba a una ciudad o a un pueblo, preguntaba:
«¿Conocéis la verdad? ¿Vive aquí?».


Y en todas las ocasiones se le respondía:
«¿La verdad? Sí, ha pasado por aquí hace mucho tiempo. Pero se ha marchado y nadie sabe adonde ha ido.»
Cuando hubo visitado todas las ciudades de todos los países, y había transcurrido más de la mitad de su vida, nuestro cazador de la verdad abandonó los hombres y se volvió hacia la naturaleza. Interrogó largamente a los árboles, a las montañas, los bosques y los océanos y, de igual modo, a los pájaros, los peces, los mamíferos e incluso a los insectos. Les preguntaba:
«¿Conocéis la verdad? ¿Vive aquí?».
Y los árboles, las montañas, los bosques, los océanos, los pájaros, los peces, los mamíferos y los insectos le respondían invariablemente, cada uno en su lenguaje: «¿La verdad? Sí, la hemos visto pasar por aquí hace tiempo. Pero no se detuvo, y quién sabe dónde se puede encontrar ahora».
El joven se convirtió en un viejo, pero siguió buscando siempre la verdad. Tras haber agotado los recursos de la sabiduría, de los hombres y de la tierra, llegó a un vasto desierto de arena blanca. Y preguntó al desierto:
«¿Sabes tú dónde se encuentra la verdad?»
Y el desierto le respondió:
«Se encuentra aquí. Puesto que yo soy la verdad.»
Pero a fuerza de buscar la verdad, el noble anciano había aprendido a reconocer los artificios y a evitar las tentaciones. Supo inmediatamente que el desierto mentía, y de ese modo continuó su camino.
Finalmente, llegó al fin del mundo. Allí se encontró con una gruta oscura y profunda. El anciano entró en la gruta, y aguardó a que sus ojos se acostumbrasen a la oscuridad. Y entonces descubrió que algo se movía en la negrura. Se trataba de una mujer muy vieja y muy fea. No obstante, él la reconoció al instante: era la verdad. A pesar de su desagradable apariencia, él se inclinó ante ella y le dijo:
«Te he buscado por todo el mundo, y tú no estabas en ninguna parte. Partí cuando era joven, y heme ahora convertido en un viejo. ¿Por qué te ocultas a todas las miradas? Todos te esperamos y te escuchamos. ¿Por qué huyes de tus amantes? Si te parece bien, deja tu retiro y acompáñame al mundo.»
La verdad no respondió.
El anciano insistió durante días y días, pero la verdad siguió muda. Entonces, cuando comprendió que ella jamás abandonaría su cubículo umbrío en aquel rincón del fin del mundo, le dijo:
«Bien, te voy a dejar, ya que rehúsas venir conmigo. Pero, antes de marcharme, te voy a pedir un único favor: confíame un mensaje que pueda llevar conmigo y dejarlo en el mundo a los árboles, a las montañas, a los bosques, a los océanos, a los pájaros, a los mamíferos, a los insectos, a los hombres, a los sabios, a los filósofos y a los hombres de Dios. De ese modo podré decirles: He aquí una palabra de verdad.»
Entonces, la verdad, esa dama vieja y fea, le miró al fondo de los ojos y pronunció estas únicas palabras:
«Ve, y diles que soy joven y bella».
Es necesario desear la verdad, sea cual sea la apariencia que tenga, y seguir todas las vías que pueden conducirnos a ella.

Cuento sufí

2 comentarios:

gaia07 dijo...

Cada día estoy más convencida de que “la verdad” no existe.
Puedes poseer una verdad desde tu punto de vista pero no las del resto de perspectivas, la de otros con distintas vivencias y visiones y por supuesto, distintas interpretaciones que pueden ser tan verdad como la tuya.

Un beso

Laura Rosales. Psicóloga y Coach dijo...

Hola Joshua,
os me paso por tu blog para contarte que tienes un regalito en el mio. Espero que te guste. Lo hago con mucho cariño.

Laura
http://blog.naskendi.net

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