jueves, 15 de julio de 2010

Soy rico: "La riqueza de no desear riquezas"

El Sur también existe - Joan Manuel Serrat


"No es más rico el que más tiene, 
sino el que menos necesita"


Llega a mis manos un viejo papel, escrito por no sé quién y no sé dónde, 
que contiene unas párrafos que invitan a la reflexión
y un hermoso cuento que, a continuación  transcribo.
Joshua Naraím


Viene un hombre ofreciéndome oro. "No gracias soy rico, no lo necesito"
Veo un hermoso automóvil de alta gama y me digo: "No, no lo necesito, soy rico"
Me ofrecen un suculento puesto profesional en una multinacional. "No gracias, me basta mi humilde puesto, soy rico y no necesito trabajar como un burro prestigioso"
Me ofrecen una suculenta hamburguesa. "No gracias, para mi es mejor una tortilla española, o un plato de lentejas, sé donde está la riqueza gastronómica.


Antes en África, no había problema de viviendas porque todos vivían en chozas y eran felices en ellas, pero en lugar de mejorarlas quieren vivir en casas como los blancos con aire acondicionado y entonces de pronto todos son pobres y surge un grave problema de vivienda.


Pobre es el que mucho necesita, el que mucho quiere y no lo tiene; rico es el que nada necesita.


Si alguien manda es porque alguien está dispuesto a obedecer.
Si alguien vende es porque alguien está dispuesto a comprar.


En la tradición hay dos demonios: Satanás y Lucifer. Satanás nos tienta por los deseos, Lucifer por la mente.


Hace años escribió un poema Mario Benedetti titulado: "El Sur también existe", que Joan Manuel Serrat cantó por medio mundo, donde se habla de las desigualdades entre el Norte y el Sur, entre los ricos y los pobres del planeta. ¿No estará el norte y el sur dentro de cada uno de nosotros? Si el rico no fuera sobrevalorado y envidiado por los demás, si su riqueza no fuera un valor supremo digno de anhelo y de deseo, ¿tendría interés seguir siendo rico o querer serlo?


¿La clave de todo no será la educación? ¿El punto de valoración individual y personal que damos a cada acción, concepto o cosa?



Os voy a contar un cuento:


Esta historia se refiere a un aldeano que se mudó de aldea, en la India, y se encontró con lo que allí llaman un sannyasi...ya sabes...este es un mendicante errante, una persona que, tras haber alcanzado la iluminación, comprende que el mundo entero es su hogar, el cielo su techo y Dios su Padre, que cuidará de él...entonces y solo entonces comienza su peregrinacion y se traslada de un lugar al otro...tal como tú y yo nos trasladaríamos de una habitación a otra de nuestro hogar...ya que su hogar ahora es el mundo...


Despues de mucho caminar al fin se encontro con el snnnyasi...y exclamó..."¡No lo puedo creer! Anoche soñé con usted. Soñé que el Señor me decía: Mañana por la mañana abandonarás la aldea, hacia las once, y te encontrarás con este sannyasi errante- y aquí me encontré con usted."


"¿Qué más le dijo el Señor?" Preguntó el sannyasi.


Me dijo: "Si el hombre te da una piedra preciosa que posée, serás el hombre más rico del mundo ... ¿Me daría usted la piedra?"


Entonces el sannyasi revolvió en un pequeño zurrón que llevaba y dijo:
"¿Será ésta la piedra de la cual usted hablaba?"


El aldeano no podía dar crédito a sus ojos, porque era un diamante, el diamante más grande del mundo. "¿Podría quedármelo?"


"Por supuesto, puede conservarlo; lo encontré en un bosque. Es para usted."


Siguió su camino y se sentó bajo un árbol, en las afueras de la aldea. El aldeano tomó el diamante y ¡qué inmensa fue su dicha! Como lo es la nuestra el día en que obtenemos algo que realmente deseamos.


El aldeano en vez de ir a su hogar, se sentó bajo un árbol y permaneció todo el día sentado, sumido en meditación.


Al caer la tarde, se dirigió al árbol bajo el cual estaba sentado el sannyasi, le devolvió a éste el diamante y dijo: "¿Podría hacerme un favor?"


"¿Cuál?" le pregunto el sannyasi.


"Podría darme la riqueza que le permite a usted deshacerse de esta piedra preciosa tan fácilmente?"

4 comentarios:

mateosantamarta dijo...

Esa última riqueza nadie podrá dársela, dárnosla; habrá, habremos, de conseguirla a fuerza de deshacerse, deshacernos, de lo ficticio e ilusorio. Un abrazo.

gaia07 dijo...

La riqueza del ser humano estriba en saber qué es lo que no necesita en cada momento de su vida.

Un beso.

Joshua Naraim dijo...

Todos somos inmensamente ricos, Mateo, y que pocos lo sabemos.
Un abrazo.

Joshua Naraim dijo...

En realidad necesitamos bastante menos de los que creemos, Gaia, y paradójicamente, a medida que saciamos nuestras necesidades imaginadas nos creamos otras nuevas en una espiral de insatisfacción ascendente que nunca acaba.
Un bico (beso en gallego)

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