viernes, 26 de agosto de 2005

Burka



Una anciana bruja de Ranchos me dijo que
La que Sabe lo sabia todo acerca de las mujeres
y había creado a las mujeres a partir de una arruga de su divino pie:
por eso las mujeres son criaturas que saben,
pues están hechas esencialmente con la piel
de la planta del pie que lo percibe todo.
La idea de la sensibilidad de la planta del pie me sonaba a verdadera,
pues una vez una mujer de la tribu quiché me dijo
que se había puesto sus primeros zapatos a los veinte años
cuando aún no estaba acostumbrada a caminar
con los ojos vendados.

Clarissa Pinkola Estés

BURKA


Arde otro mundo
más allá de esta celosía
que atrapa nuestra mirada.
Lo sabemos, lo intuimos,
quizá reinventado.
Sus tierras ocres
hirvientes de sangres freáticas,
de odios espesos,
bajo un cielo que acuchilla
cualquier esbozo de penunbra.
Un país sin esquinas ni sombras,
sin primaveras,
de geografía sumida
en la absoluta esencialidad de los elementos:
el cielo azul y la tierra vacía,
polvo y rocas y un silencio de espinas
atravesando la relampaguente quietud
que sólo el clamor de los guerreros
(muchos, demasiados) osa profanar.
Así, de la quietud horadada,
va ensangrentándose este subsuelo
donde, conviene recordároslo,
habitamos nosotras.
Aunque nuestro mirar
ya sólo se asoma hacia dentro.
Hacia el grito que revienta el pecho,
las entrañas rotas,el corazón quebrado
hacia el llanto yel odio y la mansedumbre
y ese tedio amasado entre gruesos muros
que no nos dejan respirar.
El nuestro sí es un mundo de sombras.
Cuando emergemos hacia el país ocre y azul
nuestros cuerpos se disuelven en la nada.
No nos es dado ver ni ser vistas.
Así lo han dispuesto los guerreros.
Solas. Enrejados los ojos y enrejada la vida
aun a veces sorbemos
una balsámica melaza
de imposibles sueños de amor.
Casi con vergüenza, casi con miedo.
Pero qué queda sino soñar
cuando sempiternas violaciones
nos han paralizado en la inexistencia.

Luzazul




2 comentarios:

indah dijo...

No sé quién es luzazul. Podría buscarlo, pero prefiero no hacerlo. Algunas cosas de las que dice su poema me duelen. Y cuando las cosas me duelen suelo ser vehemente. Hoy no. No.

Es tan bonita la historia que cuenta Clarissa Pinkola Estés, que por unos segundos, aunque solo sean unos poquines, me lo voy a permitir, sí: voy a sentir con toda la intensidad que pueda lo que le contó aquella anciana bruja de Ranchos.

La piel de los pies.

La piel de los pies igual que la de las manos es diferente a la del resto del cuerpo, es más gruesa y los rayos del sol 'rebotan' sobre ella, por eso jamás toma color :)

Gracias, Joshua. Seguir tus palabras es siempre una aventura :)

UMA dijo...

"Enrejados los ojos y enrejada la vida
aun a veces sorbemos
una balsámica melaza
de imposibles sueños de amor."
Es el exacto modo de mi optimismo
porque si no hacemos realidad los sueños , la realidad, poco a poco se los devora...

Todo el post me parte al medio.
Pero sì que lo que sientes con los pies descalzos no lo es degustado por las manos ni por ninguna parte del cuerpo màs cuando cada paso se te hace "conciente".
Bicos y ternura;)Mi Alto Mago!

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